Llevo toda la semana en Santiago, trabajando, pero sobre todo disfrutando de esta maravillosa ciudad. Pasear por el casco antiguo de Santiago, es sumergirse en tiempos remotos. Sus calles porticadas, sus innumerables plazas llenas de encanto, sus cafeterías y tiendas con pedigrí y todos sus rincones, iglesias, conventos, …
Una de las cosas que más me han gustado, ha sido el mercado de abastos, perfectamente integrado en el ambiente del casco antiguo. No dejeis de visitarlo, merece la pena.
Bueno, seguiré trabajando y disfrutando de Santiago durante unas semanas más.