ya no brilla la luna, un mar de soledad oculta su fulgor.
oídos que no quieren oír, escuchan lamentos huérfanos de amor, distorsionados por esperanzas vanas.
no se puede andar cuando se mira atrás, pasos torpes retratan una ilusión perdida.
gritos sordos, miradas mudas, lamentos… por qué esperas al marchar?
mi alma se desangra a borbotones, no existe torniquete capaz de detenerlo, cuando una mirada duele, una palabra hiere, y hasta el aliento taladra el corazón.
necesito paz, paz interior.
demasiadas batallas perdidas, demasiadas batallas no ganadas, una guerra que no termina nunca, se cobra la vida en pequeños sorbos, que laceran el espíritu, apuran la fe, agotan las fuerzas.
nunca unas lágrimas fueron tan ácidas, jamás un lamento fue tan profundo.
busco y no encuentro, miro y no veo, me deshago en pensamientos baldíos, necesito encontrar un cabo, una tabla, un flotador, y pataleo para no hundirme.