Subiendo con un buen amigo, Rafa Beisti, a los ibones de Anayet.
No lo hicimos por el camino habitual desde el Corral de las Mulas (en Formigal) siguiendo el Barranco de Culivillas, sino que optamos por subir por Espelunciecha.
En algo menos de una hora, habíamos llegado al collado, a la base del pico Espelunciecha, desde donde se tiene una espectacular vista de la Rinconada (inicio del valle de La Canal Roya) y del Anayet.
Merece la pena ver esta vista!!!
Subiendo de esta forma, se consigue, alcanzar una altura considerable en menor tiempo, ya que se parte de una altura superior (desde el último parking de la estación de Formigal), y en la primera hora de camino (en la que se está más fresco) se alcanza casi la altura de ibones.
Una vez aquí, hay que rodear el pico Espelunciecha, siguiendo una senda no muy bien marcada y el camino es prácticamente llano.
Rodeando este pico, se ven multitud de marmotas, que avisan de nuestra llegada a sus congéneres, y sarrios, que bajan a primera hora a beber de los múltiples mini-ibones que se encuentran por estos parajes.
De camino a los ibones vemos desde arriba un pequeño ibón desconocido para mi hasta hoy, el Batallero.
En poco mas de una hora, a buen ritmo, llegamos a la pradera que precede a los ibones de Anayet. Está repleta de vacas y terneros descansando placidamente en este paraiso.
El primer ibón que vamos a ver es el que se encuentra a la izquierda y que poca gente conoce y visita. Se encontraba casi seco, pero nos ofrece una perfecta vista del Midi d’Ossau.
Tomamos un bocado y vamos a ver el Anayet inferior que rodeamos por su parte izquierda para acercarnos al superior y desde su desagüe ver de nuevo la Rinconada y la Canal Roya, pero esta vez desde la base del Anayet.

El ibón superior es una maravilla, de aguas frías de color azul-verdoso y rodeado casi al completo de rocas. Curiosamente es mucho menos visitado que su hermano inferior siendo infinitamente mas bello.
La bajada la hacemos por el Barranco de Culivillas, lo que nos permite disfrutar de los infinitos rincones que ofrece este barranco. Rincones donde descansar y abandonarse a la soledad de los pensamientos propios y escuchar solamente el correr del agua. Aconsejo darse un baño en cualquiera de las pozas que se encuentran en el camino.