Cada vez es más raro encontrarse con alguien que de alguna manera no tenga una presencia en la Red. En el ámbito laboral, es casi imposible encontrar una empresa u organización que no tenga una página web, y a nivel personal, es incesante el grado de aumento de cuentas en redes sociales y blogs.
La presencia en Internet de alguien (organización, empresa, persona, o cualquier otro ente) no es sólo hacer una página web bonita, o crear una cuenta en facebook o twitter, requiere una definición previa de los objetivos que se persiguen. Es necesario analizar y definir el por qué y para qué, los famosos «misión y visión».
Una vez establecidos el motivo (por qué) y los objetivos (para qué), será necesario definir la forma en que se pretende llegar a la meta, el cómo conseguir los objetivos. Periódicamente tendremos que ir midiendo el grado de consecución de los mismos y replanteando, si es necesario, el camino a seguir.
Una de las partes importantes del cómo, es la definición del llamado posicionamiento (que nada tiene que ver con los buscadores) tradicionalmente asociado a las marcas.
Según la wikipedia: «Se llama Posicionamiento al lugar que en la percepción mental de un cliente o consumidor tiene una marca, lo que constituye la principal diferencia que existe entre ésta y su competencia», es decir lo primero que piensa alguien de una marca, producto, campaña, organización, etc. Es muy importante tener claro quién y cómo quiero ser, para desarrollar la imagen perfectamente alineada con estas ideas.